Continuando con los anteriores post, hoy más que nunca nos fijamos en las buenas prácticas de higiene que vemos en los puntos de venta de alimentos y nos preguntamos qué debemos hacer al respecto en nuestras casas.
Se puede extrapolar lo enseñado y puesto en práctica en el sector de la alimentación (sobre todo en hostelería), a nuestros hábitos diarios y tener la información precisa para entender por qué los tenemos que adquirir de esta manera, con o sin coronavirus.
Contaminaciones Cruzadas
En primer lugar, y tal y como hacemos en la formación de manipuladores de alimentos, definimos contaminación cruzada como:
Proceso mediante el cual los microorganismos, y también las sustancias de naturaleza química o física, se transfieren de forma no intencional desde un alimento u objeto a otro alimento, con efectos perjudiciales.
Son diferentes y muy diversos los microorganismos conocidos. En general se clasifican en: virus (por ejemplo el coronavirus), bacterias, hongos (mohos y levaduras).
El ejemplo más conocido es el famoso uso de las tablas de cortar: si hacemos el corte de una carne en una tabla, no utilizaremos la misma (o la lavaremos, desinfectaremos y secaremos correctamente) si queremos posteriormente cortar verduras o cualquier alimento que vayamos a consumir crudo o poco cocinado. Por tanto, todos los materiales que están en contacto con los alimentos, deben ser fácilmente lavables y desinfectables.
Consejos para evitar las contaminaciones cruzadas a través de unas buenas prácticas higiénicas
1 Uso de guantes y mascarillas: obvio…o no tanto.
Ambos EPIS (equipos de protección individual) de poco o nada nos van a servir si no nos lavamos y desinfectamos las manos (y ya de paso antebrazos) antes de tocar y colocarnos guantes y mascarilla. Nuestras manos están contaminadas, y si lo están con coronavirus, al tocar los guantes para colocárnoslos, estos se contaminarán, y después contaminaremos todo lo que toquemos (recordemos la supervivencia del coronavirus sobre superficies, explicado en el post Coronavirus: Seres Humanos y Animales).
El lavado/desinfectado de manos NO se hace con anillos o pulseras puestos en dedos y muñecas, es evidente que esa zona no se lavará adecuadamente. Si trabajas manipulando alimentos, es por este motivo (y por otro tipo de contaminaciones que también se producen), que NO se permite llevar este tipo de elementos en las manos. Una vez colocados los guantes, tendremos que tener cuidado con lo que tocamos, porque habrá una posible contaminación cruzada si con los guantes tocamos algo que esté contaminado.
Cada 15 de octubre se celebra el Día Mundial del Lavado de Manos, por algo será. Por tanto, los guantes no son el milagro que solo por el hecho de llevarlos puestos, hagan desaparecer los microorganismos. Es importante entender esto, tanto si trabajas como manipulador de alimentos, como si no.
Explicación práctica y muy visual de Fernando Fariñas Guerrero:
https://www.facebook.com/100004118536254/posts/1610170355796900/?d=n
2 Al llegar a casa:
Una buena práctica a adoptar será el colocar ropa y útiles que hayamos empleado fuera de casa en un espacio cercano a la puerta, para evitar pasear por toda la casa con todo aquello que pueda estar contaminado. Antes de ponernos la ropa limpia con la que estaremos en casa, hay que lavarse las manos. Manillas, tiradores, utensilios de limpieza… siempre limpios y desinfectados. Todos los alimentos, en caso de no tener despensa o un espacio alejado donde dejarlos, se deben dejar en el momento previo a la estiba siempre en el mismo sitio y sobre superficies fácilmente lavables y desinfectables. La madera, el cartón, el papel…son, evidentemente, materiales NO fácilmente lavables ni desinfectables.
3 Si fabricamos EPIS caseros:
Habrá entonces que tener en cuenta lo explicado en los dos anteriores puntos. El material con el que se fabrican pantallas de protección debe ser fácilmente lavable y desinfectable, y el proceso de fabricación tiene que hacerse con unos buenos protocolos de higiene, esto es: manos y antebrazos limpios y desinfectados, uso de EPI para la cara o mínimo boca y nariz, ropa limpia, superficies de trabajo limpias y desinfectadas. Si estos EPIS se envían para ser utilizados por otras personas, habrá que intentar envolverlas en material fácilmente lavable y desinfectable antes de meterlas en las cajas de cartón en las que suele realizarse el envío.

Fuente: Pilar Cupeiro. Artesana que fabricó voluntariamente pantallas de protección durante la cuarentena del COVID-19
En el momento de su recepción, deberán ser desinfectados nuevamente. Ya en caso de una fabricación numerosa, por supuesto se deberán seguir las normas de fabricación que estén establecidas. El Ministerio de Trabajo y Economía Social ha publicado una Nota informativa sobre fabricación de pantallas faciales de protección frente a salpicaduras (30.03.20).
4 Almacenamiento de alimentos en la nevera
Una vez que ya tenemos los alimentos en la nevera (refrigeración, es decir entre 0°C y 4°C ) tendremos que ordenarlos de una forma determinada para evitar contaminaciones cruzadas (haya o no coronavirus):
De manera general, ningún alimento deberá estar en contacto nunca con el suelo y los alimentos cocinados deberán estar lo más separados posible de los alimentos crudos. La colocación será de arriba a abajo de la siguiente manera:
- alimentos elaborados, listos para su consumo (a ser posible en recipientes de vidrio o cerámica con tapa o protección superior) y frutas/verduras crudas lavadas previamente.
- alimentos sin cocinar, envasados…
- aves y caza (carnes en general y si éstas exudan líquidos colocar en balda inferior dentro de recipientes con escurridor o rejillas para evitar el contacto de la carne con los líquidos; el pescado se almacena eviscerado y lavado).
- verduras y frutas en compartimentos o cajones separados del resto de alimentos. Deben despojarse de los plásticos (o no si estos son perforados).
Así separamos los productos que se encuentran más contaminados como verduras y aves, de los menos contaminados, como son los productos ya elaborados.
Plátanos, cítricos, aguacate, tomates, berenjena, calabaza, pimiento, frutas tropicales, fresas, melón y otros productos que se ennegrecen o frutas que transmiten su olor al resto de los alimentos, no se introducirán en la nevera (buscando un lugar donde no haya altas temperaturas).
Recordemos que las latas abiertas no sirven como recipiente para guardar en la nevera el alimento que contienen, hay que trasvasarlas a recipientes de vidrio. Otro hábito a tener en cuenta para evitar el crecimiento de microorganismos en la comida recién cocinada, es evitar el enfriamiento lento, ya que la mayor parte de los microorganismos se multiplican divinamente en rangos de temperatura entre los 5°C y los 65°C, por lo que el alimento sobrante que acaba de ser cocinado, no debe dejarse enfriar a temperatura ambiente, sino aplicar un enfriamiento rápido para llegar a temperaturas de refrigeración lo antes posible. Lo mismo ocurriría con el proceso de descongelación, que debe realizarse en la nevera.
Recordemos que lo ideal sería hacer limpieza y desinfección de nuestras neveras por lo menos una vez a la semana.
5 COVID-19, frutas y verduras:
Como ya vimos en el anterior post (Coronavirus y Seguridad Alimentaria), no hay evidencias de que el consumo de alimentos sea un factor dentro de la cadena de contagio. En el caso de alimentos que encontramos desnudos en los puntos de venta y están por tanto expuestos constantemente a posibles contaminaciones (por ejemplo si se produce algún despiste y secreciones de ojos, nariz o boca, o manos contaminadas acaben tocando esos productos e inmediatamente después los toquemos y llevemos nuestras manos a la cara) se recomienda seguir las rutinas habituales de lavado, ya que hablamos de alimentos que solemos consumir crudos.
Para preparar ensaladas con vegetales crudos, o frutas, se sumergirán estos durante 5 minutos en una solución de agua potable con 6 gotas de lejía/litro agua si es de baja concentración (20g cloro/ litro de lejía), o 2-3 gotas de lejía/litro de agua en las lejías comerciales más comunes (40g cloro/litro de lejía) y después se lavarán de nuevo con abundante agua corriente.
Las lejías utilizadas deben ser aptas para estos usos. Para estar seguros de ello, en la etiqueta de la lejía debe aparecer la leyenda “Apta para la desinfección de vegetales” o “Apta para la desinfección de aguas”. Hay que seguir siempre las indicaciones de uso y dosis que el fabricante explica en la etiqueta del envase.
6 COVID-19 y alimentos congelados:
Insistimos en el hecho de que NO hablamos de un problema de contagio a través del consumo, sino de contaminación de superficies y el hecho de que al tocarlas, acerquemos nuestras manos contaminadas a nuestra cara. Es conocida la resistencia de coronavirus como SARS y MERS a las bajas temperaturas. Se habla de que estos virus pueden resistir a temperaturas de 20°C bajo cero hasta un periodo de dos años.
Visto que el consumo de ciertas materias primas está aumentando estos días, y las colas en los puntos de venta de alimentos vuelven a aparecer, hablaremos en el siguiente post de unas elaboraciones que se han puesto de moda en la cuarentena y a la vez muy necesarias, así como de puntos de venta que para algunas personas pueden ser “alternativos” aunque debemos ya a partir de ahora tenerlos muy en cuenta.
Mientras tanto y como siempre: ¡tranquilidad y buenos alimentos!.
Imagen portada: https://www.unicef.es/noticia/dia-mundial-del-lavado-de-manos